No lleve cartera y guarde un escaso sobre plata en el billetero de el pantalon. En la avenida, el menudo inmundo me dio la mano.
Teniamos que andar a pie tres cuadras inclusive la heladeria desplazandolo hacia el pelo elegi la avenida Ceballos, la avenida extrana, que podia ser silenciosa desplazandolo hacia el pelo tranquila algunas noches. Las travestis menos esculturales, las mas gorditas o las mas viejas elegian esa calle de trabajar. Lamente nunca tener zapatillas de asegurar al menudo desalinado en las veredas solia tener restos sobre vidrios, de botellas rotas, desplazandolo hacia el pelo nunca queria que se lastimara. El novio caminaba descalzo con gran conviccion, estaba acostumbrado. Esa noche, las tres cuadras estaban casi vacias de travestis sin embargo estaban llenas de altares. Recorde lo que se celebraba era 8 sobre enero, el jornada de el Gauchito Gil. Un santo popular de la provincia sobre Corrientes que se venera en al completo cheekylovers el pais y especialmente en las barrios pobres —aunque existe altares por toda la poblacion, tambien en los cementerios—. Antonio Gil, se cuenta, fue asesinado por desertor a fines de el siglo XIX lo mato un policia; lo colgo sobre un arbol y no ha transpirado lo degollo. Sin embargo, primero de expirar, el gaucho desertor le dijo “Si queres que tu vi?stago se cure, tenes que rezar por mi.” El policia lo hizo por motivo de que su hijo estaba excesivamente enfermizo. Asi como el menudo se curo. Entonces, el policia bajo a Antonio Gil de el arbol, le dio sepultura y no ha transpirado, en el sitio donde se habia desangrado, se fue levantando un santuario, que existe hasta hoy y que todo el mundo las veranos recibe a miles sobre personas.
Me encontre contandole la historia de el gaucho milagroso al chico sucio desplazandolo hacia el pelo paramos cara an uno de los altares. Alla estaba el santo de yeso, con la camisa celeste asi como el moquero rojo al cuello —una vincha roja Ademi?s— asi como la cruz en la espalda, ademas roja. Habia varias telas rojas desplazandolo hacia el pelo muchas pabellin chica roja el color de la crimen, el suvenir de la injusticia y no ha transpirado el deguello. No obstante ninguna cosa era macabro o siniestro. El gaucho trae suerte, terapia, favorece y nunca pide abundante a cambio, escasamente que se le hagan estos homenajes y no ha transpirado, a veces, un poquito sobre alcohol. O la peregrinacion al santuario de Mercedes, en Corrientes, con un calor sobre cincuenta grados desplazandolo hacia el pelo los devotos que llegan a pata, en buses, a heroina, de todas partes, inclusive desde la Patagonia. Las velas por las proximidades lo hacian parpadear en la semioscuridad. Le encendi la de las que se habian decaido asi como con la llama prendi un cigarrillo. El pequeno sucio parecia inquieto.
—Ya vamos a la heladeria —le dije. Sin embargo no era eso.
—El gaucho es bueno —dijo—. Pero el otro nunca.
Lo dijo en voz baja, mirando las velas.
—Que otro —le pregunte.
—El esqueleto —me dijo—. Alla antes existe esqueletos.
En el barrio, “alla atras” resulta una relato al otro flanco sobre la estacion, pasando las andenes, alla donde las vias desplazandolo hacia el pelo sus terraplenes se pierden hacia el sur. Ahi Acostumbran A presentarse altares de santos menor amables que el Gauchito Gil. Conozco que Lala lleva Incluso el terraplen —siempre de dia porque puede ser peligroso— sus ofrendas para la Pomba excursion, sus platos coloridos asi como las pollos comprados en el hipermercado porque nunca se anima a liquidar la cagueta. Desplazandolo hacia el pelo la novia me conto que Existen montones sobre San La Muerte “alla atras”, el santito esqueleto con las velas rojas y negras.
—Pero no es un santo nefasto —le dije al pequeno sucio, que me miro con los ojos extremadamente abiertos
—Si, aunque en ocasiones voy solo —contesto. Y no ha transpirado luego me tironeo del brazo con el fin de que siguieramos hasta la heladeria. Hacia mucho sofoco. La banqueta de la heladeria estaba pegajosa, tantos helados debian tener chorreado; pense en las pies descalzos de el chico desalinado, ahora con toda esta novedosa mugre. El entro circulando desplazandolo hacia el pelo pidio, con su voz antigua, uno grande sobre dulce sobre leche granizado y no ha transpirado chocolate. Yo nunca pedi ninguna cosa. El bochorno me quitaba el anhelo desplazandolo hacia el pelo no sabia que debia realizar con el chico si su madre nunca aparecia. Llevarlo a la comisaria? A un hospital? Elaborar que se quedara en residencia Incluso que ella volviera? Existia algo mismamente como servicios sociales en esta urbe? Existia, si, un numero Con El Fin De seducir durante la estaciin invernal, Con El Fin De informar En Caso De Que muchas cristiano que vivia en la calle estaba pasando demasiado frio. Pero yo no sabia sobre abundante mas. Me daba cuenta, mientras el menudo sucio se lamia las dedos chorreados, de lo escaso que me importaba los usuarios, de lo naturales que me resultaban esas vidas desdichadas.
Cuando se termino el helado, el pequeno desalinado se levanto de el banco en el que nos habiamos sentado y salio caminando para la esquina a donde vivia con su origen, falto prestarme demasiada interes. Lo segui. La calle estaba muy oscura, se habia cortado la luz; solia pasar las noches de demasiado calor. Lo veia bien, de todos modos, por las luces de los autos; Ademi?s lo iluminaban, a el y a sus pies ya completamente negros, las velas de las altares improvisados. Llegamos a la esquina falto que volviera a darme la mano ni me dirigiera la termino.